PONTE A PRUEBA

Ciego...

Antonio Jarabo Velayos

Se suele decir que no hay más ciego que el que no quiere ver. Y es totalmente cierto. Yo he decidido a partir de ahora mismo que ya no quiero ver más. Ya me he cansado de usar los ojos. Por que la vista es el sentido más frío y antipático de todos. Te muestra la peor cara de las cosas y te enseña todo lo que te diferencia de los demás. He decidido apelar al resto de los sentidos porque con ellos soy más feliz. Soy más feliz con el tacto de tus abrazos y caricias. Soy más feliz con el olor de tus cabellos almendrados. Soy más feliz con la música de tus carcajadas. Y, por supuesto, soy mucho más feliz si puedo saborearte varias veces por minuto.

También dicen que cuando sientes esa fila india de hormigas escalando por tu estomago, algo salta en tu cerebro y cierras los ojos instintivamente. Dicen que cuando besas de verdad cierras los ojos porque ya no tienes nada que ver con ellos. Todo lo que necesitas saber está dentro de ese viejo arcón que tienes olvidado al final del trastero. Allí tienes toda la magia del mundo trotando de rima en rima. Es una magia inquieta que ebulle como las burbujas de una botella de champagne recién agitada. Una magia que se acuesta tarde todas las noches para poder enroscar esa gigantesca bombilla que algunos ilusos llamamos luna. En definitiva, lo que quiero decir es que todo lo que de verdad importa no se puede tocar con los dedos. Es intangible e invisible.

Ya estoy harto de ver la felicidad en el brillo de ojos de los demás. Estoy cansado de mirarme en el espejo y no ver más que un fantasma apagado e inherte. Yo también quiero ser ciego para sentir en tres dimensiones, o incluso en cuatro. Por eso, qué mejor que cerrar los ojos y fabricar fuegos artificiales con sólo pensar el uno el otro, y viceversa. Porque cuando todo va bien, no necesitas ver para creer. Tan sólo basta con dejarte llevar por tus corazonadas. El secreto está en cerrar los ojos, concentrarse y hacer realidad tus sueños. Ponte a prueba!!!