domingo, octubre 09, 2011

A LAS DOCE EN PUNTO

Quiero...



Antonio Jarabo Velayos


Últimamente, me da por pensar en el futuro, en cómo será mi vida dentro de diez años… Me preguntó dónde estaré trabajando, con quién compartiré mi vida, cómo habré cambiado durante ese tiempo... Me gusta imaginarme qué cosas quiero borrar y cuáles espero que no me abandonen hasta la sepultura. Tengo muchos proyectos por hacer, muchas propuestas por madurar y muchísimas ganas de seguir mejorando. Tengo tantas cosas por hacer, tantas ganas de salir y tantas imágenes circulando por mis adentros que unas ideas se atropellan con otras y no sé dónde pisar primero.



Lo que tengo claro es que quiero ser feliz. Suena fácil, sencillo, manido y hasta repetitivo. Pero eso es lo que quiero... A partir de ahí, las variantes y las alternativas que vayan surgiendo forman parte del misterio de la vida. El destino, las señales, el cosmos, el devenir, la brujería, las parcas… todo tiene su punto de importancia en este juego. No hay límites a la vista porque, como se suele decir, la vida da muchas vueltas. El truco está en no marearse demasiado.


Quiero ir de una ciudad a otra, desde Nueva York hasta Santorini, haciendo escala en París, trasbordo en Riga y perdiendo las maletas en Bangkok... Quiero conocer a toda clase de personas, hacer amigos cuyos nombres sean impronunciables, recordar a la gente por las cervezas que me he tomado con ellos y aprender juntos diferentes idiomas y culturas. Disfrutar, al fin y al cabo, de todos los regalos que el presente me revele…



También quiero tener sorpresas, alegría, peligros y mucha locura. Muchísima… No quiero ser un tipo trajeado, aburrido, lleno de rutinas y costumbres, y que sonríe por inercia. Quiero tener mis metas claras, pero sin saber cómo voy a conseguirlas. Y también quiero tatuajes, piercings, probar un poco de cada pastel y no dejar ningún pecado en la recamara. Quiero inventar y reinventar mil y una historias, estrenar algo nuevo todas las mañanas, coleccionar postales sonoras y ser el primero a la hora de decir “sí”. Quiero oportunidades. Lo quiero todo…



Quiero saltar en paracaídas, que me muerda una serpiente, bañarme en el Mar Muerto, correr la San Silvestre, aprender a montar a caballo de espaldas o escribir un libro sin mentiras. La gracia está en vivir una aventura desde el momento en que suena el despertador… Desayunar y salir a la selva a sobrevivir… No saber con quién te vas a topar, cuántos dardos envenenados te va tocar esquivar y qué estímulos vas satisfacer tarde o temprano. Después, el descanso del guerrero, y vuelta a empezar.



Quiero, y esto lo digo bien alto por si alguien tiene mano en estos menesteres, quiero mucho ajetreo, mucha prisa y velocidad. Nada de una vida plácida y tranquila. No quiero pasarme las horas muertas a los pies de una chimenea filosofando sobre la metafísica de las estrellas y lo absurdo de las cosas. Me apetece sentir y vibrar, volar y aterrizar, enamorarme y desenamorarme todas las veces que haga falta… Hasta que mi corazón diga basta y el reloj se pare en torno a las doce en punto...



Hasta que encuentre a esa chica capaz de soportarme tanto de noche como de día, capaz de reír cuando todos lloran, capaz de comprar un billete sólo de ida con destino al fin del mundo y capaz de leerme la mente con un sólo cruce de miradas… Quiero encontrar a esa bola de cristal que acaricias suavemente con las diez yemas de los dedos. Aquella bola de cristal que brilla por sí sola. Aquella bola de cristal que refleja mi futuro en ti. Quiero mirarte a los ojos, jugar con tus manos y contarte mis sueños mientras tú te pones colorada. Eso, sería… perfecto. Más que perfecto. Sería auténtico.



Me refiero a hincharme cada hora a base de experiencias, novedades, extravagancias, descubrimientos variopintos y algún que otro desconcierto. Como si todo se tratara de una gigantesca coctelera en la que vas sumando ingredientes hasta que das con ese elixir mágico que tanto te gusta... En definitiva, lo que deseo es que nadie pueda decirme el día de mañana que no he sido yo mismo, que no he sido libre, que no he sabido soñar con los ojos abiertos… Quiero exprimir mi vida al máximo. Dejarla seca.

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lunes, septiembre 12, 2011

SOY UN TONTO...

Tan sólo 4 palabras



Antonio Jarabo Velayos



Te echo de menos. Ya ha pasado un mes y aún sigo echándote de menos. Parezco un tonto. Sólo fueron 3 días de locura. Sólo fueron 3 días en los que yo no elegí conocerte, solamente tuve suerte. Repito, soy un tonto. Porque fantaseo con caminos imposibles, carambolas artificiales e historias rocambolescas. Porque sueño con que nuestros destinos estén escritos sobre el mismo renglón. Porque todavía espero que me hagas algún guiño, que alguien de ahí arriba me mande una señal y que las piernas me vuelvan a temblar... Y es que me imagino tantas cosas, tantas aventuras y tantas sinrazones. Y en todas cuento con tu sonrisa de Amelie. Siempre estás ahí. Eres dueña de mis pensamientos sin proponértelo. Eres como una dulce resaca!!!



Soy un tonto, pero no estoy ciego. Sé que tú tienes la cabeza en mil lugares antes que en mí. Y sé que todos los kilómetros que nos separan no se van a esfumar nunca. Sé que nuestras vidas son como polos opuestos y que el tiempo acabará borrándolo todo. Sólo un tonto puede creer que el futuro y que la vida pueden cambiar su rumbo por completo en tan sólo 3 días. No sé qué es lo que piensas, ni qué es lo que buscas. Sólo sé que me hacen falta más momentos a solas. Necesito más tiempo para demostrarte lo que valgo. Necesito más tiempo para convencerte de que soy sincero. Créetelo. Te echo de menos. ¿Por qué? Porque sí… Porque fuiste el mejor regalo. Porque regalas hasta que duele y luego, regalas mucho MÁS!!!



Ojala algún día puedas comprender todo lo especial que eres para mí. Y que algún día pueda explicarte lo bien que me ha venido conocerte. Suena a tópico, pero aunque tú no lo sepas, me has salvado. Me has curado por dentro. Ojala algún día pueda darte las gracias por todo. Es verdad, te echo de menos como de aquí hasta la luna, siete veces, con sus idas y sus vueltas, y viajando en triciclo. Lo siento por ser así de tonto. Ya sabes que tontos somos los que hacemos tonterías. O mejor dicho, tonto es el que te escribe estás tonterías. Tonterías auténticas, pero al fin y al cabo, tonterías... Por eso, antes de que sigas asustándote como mis paranoias, me despido y te deseo, una vez más, felices sueños mi niña!!!

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viernes, mayo 27, 2011

CON LENGUA DE MADERA...

La Teoría del Caos

Antonio Jarabo Velayos

Cada vez estoy más convencido de que la humanidad nace del caos. La fragua de la creación trabaja a marchas forzadas, sin control ni arbitrio, y desde luego sin ningún libro de reclamaciones a la vista. Surgimos, por tanto, de todo desorden y de toda inexactitud. Por eso, todos los hombres tenemos un lado oscuro, una parte de nosotros mismos que queremos ocultar a los demás, pero que cada vez es más constante dentro de nuestra mente. Ese estrés, esa frustración, esa agonía interna cada vez golpea y resuena con más fuerza, nos envenena centímetro a centímetro y nubla nuestro juicio como si se tratará de un efecto mariposa a gran escala.

Entonces llega un día en el que todo parece perdido. Nada tiene interés y todo está teñido de un color gris pena irrisorio, rancio y burlesco, incluso hasta grotesco y estrafalario. Un gris tormentoso. Y caemos en los pecados de nuestros antecesores. Seguimos las huellas de Don Quijote y encerramos todas nuestras locuras en sueños. Y nos quedamos cabizbajos y ojopláticos. Nos quedamos con la lengua de madera y el alma anestesiada. Somos como muertos en vida. Únicamente recordamos los fracasos que hemos protagonizado y fantaseamos una y otra vez con ese mañana ideal.

Es normal, todos pasamos por situaciones que nos hacen desfallecer. Pero no hay que perder la calma. Todos somos capaces de controlar nuestros instintos y nuestros sentidos, sólo tenemos que buscar nuestro propio faro de Alejandría y dejarnos guiar por su luz. Es muy sencillo. Sólo tenemos que ser honestos y enfrentarnos a la realidad. Luchar contra nuestros propios miedos y desenmascarar a esos fantasmas que se alojan bajo las sombras de nuestras alcobas. La fórmula secreta para sobrevivir es simple. Al igual que la música amansa a las fieras, los hombres tenemos ese alguien especial esperándonos en algún rincón del mundo. El cosmos nos regala esa oportunidad.

Con un poco de suerte, tarde o temprano, nos toparemos de frente con nuestro destino. Con esa persona que nos protegerá y que nos salvará de nosotros mismos. Y juntos nos inventaremos un futuro lleno de espejos y reflejos para copiarnos y multiplicarnos mutuamente, para no perdernos de vista nunca y poder ser eternos. Pero esa magia no se puede buscar, le gusta sorprendernos, es caprichosa. Es como en unas puertas giratorias: siempre andamos uno detrás del otro, pero nunca nos encontramos. Esa magia saldrá sola, de la nada, y se aliará con lo ilógico y lo temerario. Es como el rock & roll. Nos arrasará por completo. Seremos mucho mejores. Algún día conoceremos a ese 2+2=5. Algún día descubriremos que la felicidad existe de verdad. Algún día daremos con ELLA… Es la teoría del caos!!!

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lunes, marzo 14, 2011

LO MEJOR DEL PERIODISMO...

El cuaderno de bitácora
Antonio Jarabo Velayos
Lo mejor del periodismo… Sin duda, el don de gentes que vas disfrutando al cabo de los días. Conocer todo tipo de personas en toda clase de situaciones y con cualquier noticia o excusa como justificación es algo tremendamente enriquecedor. Da igual si conoces a personalidades importantes, cargos públicos, famosillos o ciudadanos de a pie. Todo contacto y toda experiencia valen su peso en oro. De todo el mundo se pueden aprender millones de cosas. Ya sea para bien o para mal. La dura batalla que se vive cada jornada para conseguir una declaración, juntar cuatro letras, publicar algo decente y salvar el cuello merece la pena siempre que sepas exprimir el jugo a todas las conversaciones, reacciones, a todos los despistes, malas contestaciones y sin sabores...

No importa si charlas con un tío culto o misterioso, con alguien recién salido de las cavernas o con el mayor encantador de serpientes del siglo XXI. Todos pueden aportarte algo nuevo, todos tienen una historia que contar y tú eres un privilegiado. Sí, señor!!! Un privilegiado porque eres de las pocas personas que pueden conocer todos los puntos de vista y opiniones, puedes ser el primero en descubrir los entresijos de una trama, desenvolver los caramelos de la información para luego volver a enrollarlos, y si tienes suerte puedes irte a casa con esa maravillosa sensación de sentirte útil para los demás. Además, si remueves un poco, y aguantas todos los enfados y cabreos, todas las caminatas de última hora, los horarios surrealistas y las vergüenzas iniciales, pronto comprenderás que el mayor premio está en ti mismo. Está en ese palpitar acelerado y más que revolucionado, que te recuerda que sigues vivo, que la montaña rusa aún tiene mucho que decir y que tu trabajo es importante para tus vecinos. Porque me gusta pensar que somos los nuevos magos de este milenio…

Y a todo eso, hay que sumarle todo el aprendizaje que vas acumulando, la inmensa cantidad de conocimientos que adquieres sin comerlo ni beberlo y las numerosas anécdotas que vas guardando en tu particular libro de bitácora. Es la mejor forma posible para madurar, crecer, concienciarte y emocionarte. Al fin y al cabo, te conviertes en un pequeño experto de tres al cuarto, que conoce de todo un poco, pero no domina ninguna materia en especial. Pero hay está la esencia de esta genialidad. Lo bueno del periodismo es que cada mañana te levantas sin saber lo que te espera. Hay un carrusel de aventuras variopintas de todos los colores y de todos los dolores de cabeza posibles haciendo cola en la mesa de tu redacción. Nunca sabes de qué te va a tocar disfrazarte, ni te imaginas qué palabreja vas a acabar barruntando entre folio y folio. Es toda una aventura, no apta para cómodos y conformistas, ni para aquellos alérgicos al riesgo. El ajetreo, la versatilidad, el flirteo y la improvisación: tus nuevas señas de identidad de aquí hasta que recuperes la cordura…

Tampoco sabes dónde te van a llevar la actualidad del momento, ni mucho menos con quién vas a tener que pelearte por poder colocar la grabadora a pocos centímetros del último héroe nacional. Como tampoco puedes figurarte el stress que puedes soportar sobre tus hombros cuando el tiempo se te echa encima. Es increíble cuántas cosas se pueden hacer en sólo cinco minutos cuando tienes a la hora pisándote los talones. Adoro ese maravilloso hormigueo de tensión que vives justo antes de esperar el visto bueno del jefe o en los segundos de caos y desconcierto que irremediablemente coleccionas antes de salir al aire. Es curioso cuánto respeto le puedes llegar coger a un micrófono o a un simple pilotito rojo. Llamadme loco, pero maldita sea, cómo quiero a ese pilotito rojo!!!

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miércoles, marzo 09, 2011

DESIERTO Y OASIS

Somos eternos...

Antonio Jarabo Velayos

Pase lo que pase somos eternos,
nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña y nos resucita.
Nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa.
Tú puedes aportar una estrofa.

No dejes nunca de soñar.
No te resignes al pasado. Huye.
Emite alaridos por los suelos
y por los techos de este mundo.
Y revuélvelo todo sin rubor.

No te conformes con el piropo.
Ni con el sonido de las mariposas.
Son sólo cantos de sirena.

Valora lo simple de la vida.
Comparte la belleza de las cosas.
Se puede hacer poesía de todo.
Cualquier objeto puede enamorar,
y puede hacer girar el mundo.

Vive intensamente, sin reparos.
Disfruta del pánico que te provoca
tener toda la vida por delante.

Sé que somos inmortales.
Nuestra órbita no puede ser descrita
por el compás de un artesano.
Existimos si somos felices.
Y con eso nos basta. Gracias.

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ODA A LA NOCHE

Sonríe...

Antonio Jarabo Velayos

Cíñete a mí, noche del seno desnudo,
cíñete a mí, noche ardiente y nutricia!!!

Noche de vientos del Sur,
noche de grandes y pocos luceros,
noche de caminar despacio,
tú, que en la paz cabeceas, loca,
mi querida y anhelada noche de estío.

Voluptuosa sonríe, bajo la tierra eterna,
¡¡¡oh, tierra de fresco aliento!!!

Tierra de árboles adormilados y líquidos,
tierra ya sin luz del ocaso,
tierra de montes con cumbre de niebla,
tierra de abrazo anchuroso,
tierra ataviada con flor de manzano.

Sonríe ya, que tu amante se acerca.
Y mírame, la pasión es sólo nuestra.

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lunes, febrero 14, 2011

LEY DE VIDA

Hace mucho...
Antonio Jarabo Velayos
Hace muchos, muchos años, cuando el tiempo aún no existía porque nadie lo había inventado, había una pareja de amantes que se querían con locura. Mas, la envidia sentía celos de ese sentimiento tan puro y se cruzó en su camino. Envenenó la mente de la desdicha y ambos fueron asesinados por un hombre malvado. Sus corazones fueron devorados y sus almas quedaron olvidadas. Pero su amor era tan fuerte y tan profundo que fueron bendecidos eternamente…

Así, vida tras vida y época tras época, ellos renacían para encontrarse con su verdadero amor. Seguían las sendas del destino y se volvían a enamorar una y mil veces más para de nuevo perderse a sí mismos con la muerte. Así, hasta llegar al presente en el que todavía continúan añorando esa clase de amor irremplazable, que inspira y resucita con sólo pensar en él. Un concepto tan gigantesco que es imposible de enterrar y que les mantiene jóvenes por los siglos de los siglos…

Es ley de vida. Pasan las lunas, las estaciones y las generaciones, y yo continuo persiguiendo un sueño cada vez más borroso. Si hace falta, viajaré por el mundo entero, saltaré de continente en continente, y surcaré todos los mares y todos los cielos que nos separan. Las coordenadas a seguir son claras: cerca y pronto, nada más. Porque todavía no te he reconocido entre los millones de personas que colman el planeta, pero aún así, te extraño, te busco, te deseo y te quiero...

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lunes, enero 31, 2011

BORRÓN Y CUENTA NUEVA

Pensando en positivo...

Antonio Jarabo Velayos

Los principios asustan. Que nadie lo niegue. Y los finales son muy tristes. Casi devastadores. Pero para mí, lo importante de verdad es la parte del medio. Prefiero quedarme con los medios de las personas y olvidarme del resto. Y aunque realmente no me apetezca, he decidido quedarme con los mejores recuerdos del último medio que he conocido, a pesar de ser un medio claramente agridulce. Así que, borrón y cuenta nueva...

Y también he decidido que ya es hora de pensar en positivo. Por eso, voy a inventar un mundo ideal. Un planeta de color morado, con quinientas lunas, sin prisas ni relojes, repleto de guiños y miradas, y con carreteras en forma de laberintos. Un espacio con ron y nubes de algodón como único alimento, con casas de mimbre y con hamacas para dormir al raso. Un paraje con mañanas soleadas, tardes de aventura y noches navideñas...

Será un lugar perdido en el exilio, en el que la gente navegará en barcos de papel, los niños correrán descalzos sobre caminos de baldosas amarillas, y cualquiera podrá canturrear hasta que se quede exhausto. Un sitio en el que cada cual pueda disfrazarse los trescientos sesenta y cinco días del año y en el que el sentido del ridículo esté extinto. Un mundo en el que soñar sea obligatorio y al que tú también estás invitada...

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